ROMA - AMOЯ

Sí, Roma es amor y si no habéis ido, tenéis que ir, como yo que, como ya dije en la anterior posta, fui la semana pasada.

Siempre había pensado que para ciudad, París. Grande, amplia, abierta, con una arquitectura imperial. Lo malo son los parisinos en sí, pero bueno... bien vale una misa, como dijo el otro. Curiosamente, Roma supera a París, primero porque está más viva y, segundo, porque se le nota ese rancio abolengo latino, vaticano y renacentista que sólo una metrópoli de 2700 años puede tener. Palacios, iglesias, ruinas, edificios que llevan en pie desde 2000 hasta 500 años, das una patada y te aparece un foro, te tiras un pedo y sale un mosaico... Lo de Roma es muy fuerte.

Aquí eructé y me salió un Coliseo... en ruinas, eso sí.

Lo de viva tiene su cosa buena y su cosa mala. Demasiado tráfico y demasiado turista, pero sobre todo lo primero. ¿Cómo es posible que haya tal cantidad de tráfico por el centro mismo de la ciudad?¿Y tantísima contaminación? Incluso llegué a comprender a Ana Botella, oye... si Madrid no está tan contaminado.

La cosa da para estarse allí un par de semanas tranquilas e ir de un lugar a otro... ah, y dejar los museos vaticanos para la hora de comer, que no hay ni Cristo (valga la expresión), e ir a San Pedro a las 8 de la mañana, cuando la cola de entrada es de sólo unos diez metros y no de la distancia de toooda la plaza que hay dos horas más tarde.

Bueno, al grano... ¿y los maricones? Pues mira, allí la mitad de los romanos limpios parecen maricones sin ser ellos nada de eso. Van como iría un maricón fino en España, pero son heteros, con su maquillaje, su ceja impasiblemente delineada y el pelo esculpido... ¿Cómo coños se distinguen ahí los maricones de los que no lo son? ¡Porque está complicadísimo! Es como ver Mujeres y Hombres y Viceversa (o como se llame). Además, como son bastante más machistas que aquí, tampoco te creas que puedes cruzar muchas miradas, no sea que te crucen la cara. Es mal.

Es lo malo que tiene vivir en la fantasía de Madrid centro, que uno piensa que qué natural es ser un pedazo de parguela cuando no lo es ni lo será en mucho tiempo. Que no, que no es que vuelva la homofobia, amiguis, es que nunca se marchó. Lo de la tele es una fantasía también, no vayáis a pensar. Sigue habiendo mucho hijo de puta al que le importa demasiado con quién se acuestan los demás, y en parte seguro que es porque les encantaría acostarse con alguien, en general, o de su mismo género, en particular, y no puede, así que no demos nada por hecho, que luego llega Roma y deja en bragas a París.